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| Víctor, Jorge y Andrés |
La organización ha sido buena, indicaciones, asistencia, seguridad, como anécdota comentaré que los últimos km. fuimos escoltados por la Guardia Civil en la carretera nacional y no para ponernos una multa y por la Policía Municipal en Santiponce (más de 5 km. de recorrido por el pueblo, qué largos se me hicieron, para llegar al polideportivo donde estaba situada la meta), igual que los profesionales. Los avituallamientos para mi fueron exclusivamente líquidos, las barritas me las suministré yo mismo, y por cierto que me empaché con ellas, comerse siete barritas de Isostar multifrutas es lo que tiene, además me sobró una. Aprendí para la próxima, en la que me llevaré algún otro alimento para simultanearla.
Solo paré en cuatro avituallamientos, conseguí suminístrame líquidos a través de un coche de asistencia en un par de ocasiones, fue un milagro, hay que recordar que estábamos recorriendo el infierno, salimos con una temperatura de 23 grados y durante la ruta hubo algunas zonas que marcaba el termómetro 38, para llegar al polideportivo con 34, éstas temperaturas me han dicho que son las que se utilizan para prepararte para el infierno.
Un integrante del grupo, que inicialmente iba con el grupo de cabeza, posiblemente un diablo, y que debido a una avería, quedó rezagado, se enganchó al grupo que habíamos formado en el que nos llevábamos casi como los ángeles, un relevo yo otro tú y así con buen ritmo y armonía, pero el grupo después se enganchó a él y éste "diablo" se empeño en separarnos para que finalmente se redujera a un trío, lo que en ciertas actividades da más juego que un grupo, esta separación no fue suficiente para él y quería el divorcio completo, pero los bienes comunes impedían llegar a un acuerdo, el aire era un mal negocio que no queríamos repartir, lo que alargó la convivencia, aunque a base de palos hasta el final de la prueba. Comento lo de "diablo" porque éste fortuito compañero sólo paró en dos avituallamientos y aceleraba como alma que lleva el diablo en los que no paraba.
El resultado personal fue bueno y las sensaciones también, tercero de mi categoría, el cansancio normal de una prueba de éste tipo, la experiencia de un terreno, que aunque sin ningún puerto de primera, tuviese un desnivel acumulado de 2500 metros, lo que corresponde a subir dos veces y media el Boyar, con un asfalto rugoso y unos repechos constantes que en el argot ciclista se califica de "pestosos". Amabilidad por parte de toda la organización, almuerzo estándar y ligero, que es lo que se necesita tras terminar una prueba de éstas características, una carrillada no hubieses sido buena idea, aunque si buena comida y un sistema de cronometraje mediante un chip de usar y tirar que permitió la misma noche consultar las clasificaciones y todo un detalle la opción de descargar el diploma para imprimirlo.
Para finalizar los conocidos de Jerez Antonio Carrero al que le agradezco el buen viaje que hicimos en su coche y Juan Velarde fueron agraciados con premios que dio la organización al finalizar la entrega de los trofeos.
Un saludo también para José Velarde que empezó el día con "dos cafés".
Finalizo dando mi agradecimiento a la organización de la Cicloturista de Gran Fondo en Carretera El Infierno, parte del Club Ciclista Currito Santiponce, encargada de la parte técnica y administrativa, conjuntamente con la empresa Acción y Eventos, encargada de la logística.
Fotos de Dani Quintero