Todos esperábamos un campeonato del mundo, duro. Pero no pensábamos en ver este final. La lluvia, sería la aliada de la dureza de la prueba, hasta los escaso 10 kilómetros del final de los 272 kilómetros, los ciclistas se batían como verdaderos guerreros en el campo de batalla. La carrera parecía controlada, la victoria española estaba cerca, pero no sería así, la superioridad hispana, la aprovecharía el portugués Rui Faria Da Costa, para conseguir un triunfo inesperado, y lucirá el maillot arco iris, la próxima temporada con su nuevo equipo, el Lampre Merida.
Sin embargo, era difícil imaginar, cómo los corredores serían capaces de terminar este Mundial, viendo el terrible aguacero que cayó entre Lecco y Florencia durante todo el día. El campeón que defendía el título, Philippe Gilbert temía estas condiciones infernales, tenía razón. No a causa de la dificultad del perfil, pero si al peligro de las carreteras mojadas y resbaladizas. Por caídas abandonarían: Bradley Wiggins, Mark Cavendish, Cadel Evans, Richie Porte, Chris Froome ... Otros tiraron la toalla ante las inclemencias del tiempo.
La selección italiana, pondría dura la carrera desde el principio y en apenas cuatro vueltas, el paquete de 200 ciclistas lo dejarían en 80 corredores valientes, decididos a llegar hasta el final a pesar de la tormenta. Por delante, dos escapados, el polaco Bartosz Huzarski y el checo Jan Barta, tras una escapada en la irían acompañado por tres aventureros más desde el kilómetro 0. Los italianos seguía en su trabajo, acompañados por la selección belga.
Giovanni Visconti trató de anticipar la ofensiva italiana, los belgas a la vanguardia de la prueba. Italia aún tiene que retrasar sus planes cuando, a poco más de dos vueltas para el final, Vincenzo Nibali cayó sobre las líneas blancas. Pero gracias a su pundonor, el siciliano regresaba fácilmente al pelotón. Todos los favoritos estuvieron juntos durante las dos últimas vueltas, Huzarski y Barta fueron absorbidos y el maillot arco iris se lo disputarían 50 ciclistas.
Fue, sin embargo, hasta el último ascenso del Fiesole, donde el italiano Michele Scarponi abrió las hostilidades le seguiría Joaquín Rodríguez y Vincenzo Nibali. Rodríguez y Nibali finalmente fueron alcanzados Alejandro Valverde, el portugués Rui Faria Da Costa y el colombiano Rigoberto Urán, que trazaría mal una curva en el descenso y cayéndose sobre la cuneta embarrada, dándose un golpetazo espectacular. Los españoles estaba en superioridad.
Pero Rodríguez tuvo la victoria en su mano. Atacaría dos veces a Nibali, que inconmensurable iba en busca del español. A falta de 2 kilómetros para la meta, "Purito" todos lo veíamos con el maillot arco iris, Nibali no podía acelerar. Sin embargo, cuando parecía ya todo controlado, Rui Costa atacaba al Escualo y a Valverde, para irse en busca de Rodríguez. A 500 metros, el portugués alcanzaría a Purito y se lanzó el sprint, más fresco de piernas, ya que iba escondido durante toda la fuga, entraría primero.
Triste final. Purito lloraba desconsolado en el podio, nuestro ánimo a Joaquin. Pero seriamos injustos, el hacer en caliente, una caza de brujas, por la actuación de Valverde, por no saltar a la rueda de Rui Costa. Equivocarse solo se equivocan los que hacen las cosas y los que tratan de hacerlas bien, y hoy le ha tocado al ciclismo español.
Solamente, hemos conseguido la medalla de plata y bronce...
29/09/2013