PARÍS- ROUBAIX 2021

Todo Ciclismo | 27/09/2021

Campeonato del Mundo Fondo en carretera | Flanders

CAMPEONATO DEL MUNDO SUB-23 | FLANDES | 24 septiembre 2021

Todo Ciclismo | LA QUEBRANTAHUESOS 2021

Todo Ciclismo | 13/09/2021

domingo, 9 de diciembre de 2007

La joya de la dinastía

Lucien Buysse perteneció a una de las dinastías ciclistas más famosas de cuantas han existido. Hubo, nada más y nada menos que, once corredores profesionales en la celébre familia de Wontergen, en Flandes Orientales, de ahí el mérito de Lucien al ser la joya de la corona ciclista, en una familia que se extendió en este deporte durante tres generaciones.

Lo más sorprendente del caso es que Lucien sólo consiguió una victoria en... dieciséis años de profesional ¡Pero qué victoria! El Tour de Francia. ¡Y de qué forma!. ¡Con 2h.23' 5'' sobre Nicolás Frantz, su delfín, y 28h. 6' sobre el último clasificado!.

Incluso con la presencia de Lucien Van Impe, son muchos los historiadores del ciclismo belga que siguen afirmando que el otro Lucien, "el antiguo", fue el más grande escalador que hayan conocido los Países Bajos.

Su hazaña más sonada fue su victoria en la etapa Bayona- Luchon, vía Tourmalet, (su victoria se consideró épica, ya que escaló el puerto en medio de una tormenta apocalíptica, llegando a meta con una ventaja de 24' 48'' sobre el italiano Bartolomeo Aymo y más de 9 horas sobre los últimos clasificados); también realizó otras proezas en la montaña, como en aquella edición del Tour de 1929 en la que atacó al pie del Aubisque, pulverizó el récord de la ascensión y...,se bajó de la bicicleta abandonando la carrera.

El Tour fue su prueba predilecta. Además de su victoria, se clasificó 3º en 1924, 2º en 1925, y hubiera conseguido más victorias si su equipo, Automoto, hubiese participado en las ediciones de 1927 y 1928. Por otra parte, al no ser un hombre rápido, debió contentarse con puestos de honor en vez de triunfos, y he de decir que, en este sentido, su palmarés es bastante amplio.

Una caída terrible en la pista de cemento de Menin, en 1931, le obligó a poner fin a su carrera. No obstante, perpetuó su afición por la bicicleta presidiendo los destinos del club ciclista de su localidad: "la bicicleta- declaró durante una ceremonia oficial en la que se le condecoró-, decímos que sólo proporciona sufrimientos... Pero estos no son nada en comparación con las alegrías y beneficios que recibimos de su práctica, por lo que creo que ésta deberia de formar parte de todos los sistemas de educación".

Que nadie piense que éstas eran palabras de circunstancias. Lucien, como todos los suyos, no tenía más que un solo Dios: un cuadro con dos ruedas, un manillar, unos pedales y unos frenos.