PRADES GANA EL MEMORIAL VALENCIAGA
Eduard Prades es un ciclista que vive de emociones, entre lágrimas cuando consigue algún triunfo y también en la incertidumbre porque su carrera no termina de enderezarse como a él le gustaría. Ganó ayer el Memorial Valenciaga a lo grande, atacando en Ixua, cogiendo tiempo en la bajada, donde se cayó el líder de la Copa de España, Rubén Fernández (Caja Rural), que se rompió la muñeca.
Prades (Alcanar, 25 años) le tiene una cierta querencia a Euskadi. El año pasado ganó la Clásica de Aiztondo y la Clásica de Legazpi. Este año ha sido cuarto en Aiztondo y quinto en el Macario. En 2010 fue segundo en Aiztondo. Ha completado un círculo que quería cerrar: vencer en Eibar. «Tenía que hacerlo por mi abuelo Antonio, que falleció ayer». Unas lágrimas afloran en su rostro, curtido por el sol, por las horas que dedica durante el invierno a coger mandarinas «para poder vivir. Mi temporada es muy corta, entre el gimnasio y la carretera no me queda mucho». Sigue albergando alguna ilusión, no muchas, de dar el salto al campo profesional: «Me he movido, pero no sale nada. Los equipos sólo quieren corredores sub 23, no quieren élites. Tampoco tengo representante. Es el último año que puedo correr la Copa de España. Si no paso a profesionales a finales de temporada, lo normal es que lo deje», explica con serenidad. Lo que no quiere es dar el salto «a un proyecto que no tenga futuro, en el que no te paguen. De subir, a un equipo que sea digno. Ya sé lo que es pasar en malas condiciones y no quiero repetir». Lo más curioso es que está mostrando un buen nivel desde que era sub 23. Corrió con una formación catalana que llevaba el nombre de Envalira y que acabó en un desastre deportivo y económico. Era un equipo Continental.
Ayer protagonizó una exhibición subiendo Ixua primero, luego en su descenso y posteriormente en San Miguel. Se puede decir que voló. No dejó ninguna opción a nadie en un Memorial Valenciaga en el que hubo una escapada formada por Txoperena (Bidelan), Araque y Jiménez (D. de León) y López Urquizar (KTM). Llegaron a tener cuatro minutos de ventaja sobre un grupo perseguidor y siete minutos con respecto al pelotón. Una diferencias que se quedarían en nada cuando llegó Elgeta. En Ixua aparecieron quienes se iban a jugar la carrera, Prades, Rybalkin y Rubén Fernández, que cedió. Prades se quedaría solo y lo único que haría es aumentar su ventaja hasta llegar en alguno momentos al minuto y medio. Cada vez iba a más. El corredor catalán, con una buena planta como ciclista, dedicó su triunfo en Aiztondo a Mireya, una chica con la que salía y que encontró la muerte en una carrera ciclista al ser atropellada. Entonces levantó los brazos por ella, ayer lo hizo por su abuelo, y también por él, que ha conseguido algo que no ha logrado ningún otro corredor, ganar en Aiztondo, el Valenciaga y Legazpi. ¿Quien da más? Son llegadas distintas, con finales complicados. Hay de todo, metas en alto, en un repecho como el de ayer o en llano como Legazpi, después de bajar Deskarga. Sigue corriendo en los equipos de Antonio Pineda, el Mopesa. Les falló el patrocinador y tuvieron que cambiar toda la ropa que tenía hecha. Prades se la jugó bajando San Miguel. Es hábil, quizá de los tiempos en los que perteneció a la Agrupación Excursionista Alcanar, cuando practicó senderismo, escalada y barranquismo. Ha cumplido los sueños que tenía, al menos en el campo aficionado.
Por Benito Urraburu 02/04/2012