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jueves, 18 de octubre de 2012

ENVÍO DE FLORES

CICLISMO DE OTRA ÉPOCA: LOUIS TROUSSELIER

Ahora que la temporada toca a su fin, iniciamos la publicación de historia de ciclistas, que de una forma u otra engrandecieron a este deporte, hoy el Francés Louis Trousselier.

Bigote largo y caído, de fuerte complexión física, Louis Trousselier tenía un buen aspecto y ese algo más que hacía de él un ídolo de las masas: la alegría del parisino suburbial y ese gesto acompañado de la palabra justa para hacerle simpático. Y bien no era el que ganaba más carreras, era sin lugar a dudas el corredor más popular de estos tiempos prehistóricos de la bicicleta. Lo que no quiere, en absoluto, decir que no tuviera un gran corazón y una clase indudable. Su palmares así lo confirma. Y en primer lugar, después de haber conseguido una tercera posición en la París- Roubaix de 1903 en sus inicios como profesional, fue el primero de la historia en realizar lo que se consideraba como un doblete imposible en una misma temporada: París- Roubaix y el Tour de Francia. Además ganó la Burdeos- París en 1908 y muchas otras pruebas de inferior categoría pero muy estimables algunas de ellas.

Pero son sobre todo los innumerables puestos de honor que acumuló los que también pueden explicar su enorme popularidad. Era conocido, como Trotrou mas tarde habría un tal Poupou. Pero esta era la única analogía entre los dos eternos segundos, ya que si bien el sentido del ahorro era proverbial en Poupou, la prodigalidad lo era para Trottou. Todo el mundo sabía que la noche siguiente a su llegada victoriosa en el velódromo Búfalo, Louis Trousselier se había jugado a los dados 25.000 francos que había ganado, una auténtica fortuna para aquellos tiempos, y que los había perdido.

Algo más que añadir a la leyenda de este joven de Levallois en donde sus padres regentaban un negocio de flores. Popular como era, Louis Trousselier lo aprovechó al máximo para ganar dinero. Ganó mucho y supo, a pesar de su afición por el juego , guardar lo suficiente para, una vez colgada la bicicleta y terminada la Gran Guerra, poner un negocio de venta de flores en el Boulevard Haussmann: un negocio próspero y que existe todavía hoy en día.

No cesó de enviar flores con destino a las carreras de entre las dos guerras mundiales. Ello se debía a las murmuraciones siempre irónicas o graciosas, que tenía que aguantar de los periodistas. Había sido popular, y siguió siéndolo.

18/10/2012