La Vuelta a España vuelve a citar a los escaladores en su edición de 2014, entre el 23 de agosto y el 14 de septiembre. Y los cita durante todo su recorrido con ocho finales en alto, pero especialmente en la última parte, en la que asoman las dos etapas reinas: La Farrapona (16ª), con La Cobertoria y San Lorenzo en el trayecto, y Ancares (20ª), por su vertiente de Pando Zarco el penúltimo día. La presentación, celebrada en Cádiz, confirmó el trazado adelantado por AS el pasado jueves, pero desgranó otros detalles del itinerario y rindió homenaje a Chava Jiménez, “genio y figura”, como le describió su cuñado y vencedor del Tour 2008, Carlos Sastre.
“El recorrido es más suave que otros años”, coincidieron Samuel Sánchez y Alejandro Valverde, que el año pasado tuvieron que superar doce finales en alto. Esta vez serán ocho: Cumbres Verdes, Valdelinares, San Miguel de Aralar, La Camperona en Sabero, Lagos de Covadonga, La Farrapona, Monte Castrove y Ancares. El viaje se completa con llegadas en repecho (Arcos, Cabárceno…), algunas trampas (Córdoba, Cabárceno…), una contrarreloj por equipos (Jerez) y dos individuales (Borja, de 34,5 km, y Santiago, de 10 km). Un escenario en el que ya han confirmado su presencia los tres protagonistas del podio de 2012: Contador, Valverde y Purito.
Las etapas andaluzas ya tendrán cierta miga. La Vuelta arranca con tres jornadas en la provincia de Cádiz. Tras la contrarreloj por equipos en Jerez y el presumible sprint de San Fernando, Arcos de la Frontera presenta un final en repecho. Al día siguiente, en la cuarta, el Puerto del Catorce por Ciento se corona en las cercanías de la meta de Córdoba. Y en la sexta, ya la primera llegada en alto, aunque en una cota de tercera: Cumbres Verdes, en La Zubia (Granada). “Hay montaña, emboscadas y también finales en repecho”, fue la definición genérica sobre la carrera de Fernando Escartín, nuevo director técnico de la Vuelta.
Valdelinares (9ª etapa), la crono de Borja (10ª), otra vez con el Moncayo, y la inédita San Miguel de Aralar (11ª) forman el siguiente bloque, junto a la media montaña de Cabárceno (13ª). Pero la Vuelta más caliente arranca en La Camperona (14ª), un Angliru de bolsillo en el Valle de Sabero. “¿Cómo has dicho, un 24 por ciento?”, preguntó un sorprendido Valverde a Pedro Delgado durante el acto de presentación. “Son finales que a la afición les gusta mucho”, añadió el murciano con resignación.
La Camperona precede a un clásico, los Lagos de Covadonga, y a la etapa reina: cinco puertos con La Cobertoria y San Lorenzo por el camino y final en La Farrapona. El ‘infierno’ asturiano da paso a las cinco etapas finales en Galicia, con una subida más suave en Monte Castrove (18ª) y la bomba final el penúltimo día camino de Ancares, que se subirá por su vertiente lucense de Pando Zarco, el tramo más duro, y acogerá cinco puertos, entre ellos Folgueiras de Aigas. “Esta etapa puede dar un vuelco”, apuntó Samuel. Y por si aún hubiera algo que resolver en cuestión de segundos, el colofón es una crono de 10 km en Santiago (21ª), que parece más de cara a la galería y al espectáculo que otra cosa: “Es corta, ahí no debería pasar nada”, opinó el seleccionador, Javier Mínguez, siempre alto y claro, fiel a su esencia.
Si el año pasado a la etapa de Finisterre se la bautizó oficialmente como ‘La etapa del Fin del Mundo’, en esta ocasión a Santiago de Compostela se le ha añadido la etiqueta de ‘El Final del Camino’. Un broche que cerrará el peregrinaje del pelotón en la Plaza del Obradoiro, por primera vez fuera de Madrid desde 1993. Entonces también terminó en la misma ciudad. Santiago y cierra la Vuelta a España.